MUERE EL CHEKSPIR HISPANO (CHESPIRITO).



Sin querer queriendo” Roberto Gómez Bolaños recorrió las casas y vecindades de toda América Latina con sus entrañables personajes, desde el Chavo del Ocho, con su barril, sus pecas, su camisa a rayas y su gorra a cuadros, hasta el Chapulín Colorado, el héroe ingenuo más famoso de la región.

El llamado “Chespirito” fue un astro incluso en países que no compartían su idioma pero quedaban cautivados por una mezcla de inocencia y comicidad que conservó hasta sus últimos días, cuando desde su silla de ruedas podía desatar carcajadas en cada lugar al que asistía, en su mayoría para recibir homenajes.
Gómez Bolaños murió hoy  viernes 28 de noviembre a eso de las 2:30 pm hora de México, informó la cadena Televisa. Tenía 85 años. 
Aparte de ser el creador de la vecindad donde vivían el Chavo y sus amigos Quico y la Chilindrina, además de Don Ramón, el Profesor Jirafales, Doña Clotilde y Doña Florinda, Gómez Bolaños escribió, produjo y dirigió comedias que marcaron un hito en la televisión, transmitiéndose años después de su debut y que el cariño del público aún mantienen con vida.
Nacido el 21 de febrero de 1929, Gómez Bolaños fue el segundo de los tres hijos de Elsa Bolaños Cacho y Francisco Gómez Linares, un pintor. 

Su llegada se dio luego de un embarazo de alto riesgo. Sin saber que estaba esperando, su madre ingirió un medicamento para la gripe que contenía un ingrediente “altamente abortivo”. El médico, un tío de Chespirito, sugirió que abortara, pero tras haber perdido un hijo el año previo, la mujer se opuso, según relató el propio Chespirito en su autobiografía “Sin querer queriendo”.
Creció en la capital mexicana, en un barrio de clase media.
Desde temprana edad mostró afición por el fútbol y otras disciplinas deportivas como el boxeo, que practicó en la adolescencia. Estudió ingeniería, pero nunca ejerció esa profesión. Más bien se dejó llevar por su facilidad para las letras.


  

Su carrera como guionista de televisión comenzó en la década de 1950 y le hizo crear cientos de episodios de comedia, más de una veintena de películas, y obras de teatro que rompieron récords de presentaciones.
Por su enorme producción escrita se le comparó con William Shakespeare y de ahí surgió su apodo de “Chespirito”, una castellanización del apellido del autor británico pero en diminutivo, por su baja estatura, explicó en una ocasión su esposa, la actriz Florinda Meza.


“Los apodos son esenciales en la vida, son más valiosos que los nombres”, dijo el actor en una entrevista con Televisa en 2011.

Le gustaba jugar dominó y fumar; no pudo dejar el cigarro hasta que cumplió 65 años y consideraba un logro haberlo hecho.
Su mayor influencia para la comedia la encontró en el popular dúo
estadounidense “El Gordo y El Flaco”, del que dijo en 2001: “Los tengo realmente metidos en el corazón”. El mexicano Mario Moreno “Cantinflas” fue otro de sus ídolos.

 

En años recientes abrió su cuenta en Twitter con un mensaje simple: “Hola. Soy Chespirito. Tengo 82 años y ésta es la primera vez que ‘tuiteo’. Estoy debutando. ¡Síganme los buenos!”, escribió a través de su cuenta, en la cual alcanzó un millón de seguidores en menos de dos meses. Su cuenta suma más de 6,5 millones de seguidores en la actualidad.
Gómez Bolaños conocía sobre la vida de las clases populares, lo que quedó manifiesto en sus personajes, pero con el tiempo llevó ese contacto con los necesitados a una lucha contra la pobreza por medio de su Fundación Chespirito, de ayuda a niños. 

Los galardones no le fueron concedidos de forma injustificada. Cuando sus programas dejaron de grabarse, Gómez Bolaños emprendió diversas giras por Latinoamérica en las que en cada una de las ciudades por donde pasaba quedaba en manifiesto el cariño que chicos y grandes le tenían.


En 1977 llenó en dos ocasiones el estadio de fútbol de Santiago de Chile con el “Show de Chespirito”. Ese mismo año se presentó en el auditorio Luna Park de Buenos Aires para dos funciones, pero se necesitaron más fechas y actuó 14 días más en Argentina.
En 1983 abarrotó dos veces el Madison Square Garden de Nueva York.

La década de los 90 se caracterizó por los años en los que presentó su obra “11 y 12″, la más exitosa en México con más de 3.200 funciones.

Entrada la década del 2000 presentó el libro de memorias “El Diario del Chavo del Ocho”, su autobiografía “Sin querer queriendo” y su libro de poesía “Y también poemas”. Sus títulos llevaron a cuestionamientos sobre su calidad como escritor, que se agudizaban con las comparaciones de sus personajes como un reflejo negativo de la clase baja en México. 

Que descanse en paz Chespìrito, el chavo, el Chompiras , el Chapulín Colorado, Chaparrón Bonaparte , el Dr. Chapatin , el Chanfle y Roberto Gómez Bolaños.






 ¡Síganme los buenos!


Comentarios

Entradas populares