SUCESO: EX-PAREJA SEÑALADA DE ENVENENAR A SU HIJO EN NICARAGUA.
EX-PAREJA SEÑALADA
DE ENVENENAR A SU HIJO.
Rosmery Williams
Chavarría, de 34 años, acusó a su excompañero de vida, Eddy Gálvez Martínez, de
36 años, de haberle dado comida envenenada a su hijo de 10 años, quien murió
ayer en su casa de habitación luego de tres días con fiebre y dolor abdominal,
dolencias que se complicaron a tal punto que el pequeño dejó de caminar y
posteriormente falleció.
Las autoridades
policiales y forenses aún no se han pronunciado.
"Ya no le
tengo lástima, ni miedo, lo que le hizo a mi hijo no tiene perdón de
Dios", dijo entre lágrimas Chavarría.
Agregó que él “nunca
le daba comida al niño, cuando compraba era para sus hijas (de 6 y 2 años
que procrearon) y ese día dijo: 'La carne es para él y el pollo para las
niñas'".
Eso ocurrió la
noche del viernes 4 de noviembre, y el niño Johnson Ariel Gálvez (reconocido
legalmente por Eddy) pasó el fin de semana con dolor estomacal y fiebre, pero
no lo llevaron al hospital.
“Hoy (ayer) que vine al mediodía, mi niño ya
no caminaba, ni hablaba. Y la saliva la tenía como alaste, solo me estaba
esperando”, dijo entre lágrimas la progenitora.
"Yo trabajo de
cocinera en la escuela del Ejército, paso ocho días internada y descanso otros
ocho días, hoy (ayer) me dieron permiso", relató Rosmery, quien se mantuvo
informada sobre el malestar del niño por medio de sus hijos mayores.
"Estoy segura
de que él me lo mató envenenado, él me tenía amenazada, que si yo lo denunciaba
con la Policía, mataría a mis hijos y quemaría mi casa", relató llorando
la mujer, quien es originaria de Puerto Cabezas, Caribe Norte, al igual que su
expareja.
Al conocer del
hecho, autoridades del Distrito Diez de Policía se presentaron al kilómetro 17
de la carretera hacia Xiloá, tres cuadras al este, dos al sur, para detener a
Gálvez Martínez, quien habita en la casa contigua a la víctima.
Convivieron
juntos ocho años, se
conocieron en Puerto Cabezas y luego se vinieron a vivir a la capital.
"Me separé de
él hace más de un año por un caso de abuso sexual. Entonces me amenazó y dijo
que si lo denunciaba, su familia me haría brujería y me mataría. Mis hijos me
dijeron que así dejara las cosas porque qué iban a hacer sin mí, si nosotros
somos solos y solo a mí me tienen, pero ya no voy a callar más", señaló.
Pobladores del
barrio Polos de Desarrollo Canaán, donde habitan las víctimas, dijeron que si
se hubiesen enterado sobre cómo ocurrió la muerte del menor, hubieran hecho
justicia por su cuenta.
"Que ese
maldito le dé gracias a Dios que vino la Policía a traerlo, antes que nos
enteráramos nosotros, porque se lo hubiéramos dado mal muerto”, dijo indignada
una de las habitantes, quien pidió quedar en el anonimato por temor a
represalia.
Las autoridades
policiales trasladaron el cuerpo del niño al Instituto de Medicina Legal para
determinar las causas del deceso.
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