Los investigadores han comprobado que el tipo de
bacterias que viven en la boca suele ser más similar entre novios que entre
personas que no tienen relación entre ellas. Y que, cuanto más se besa una
pareja, más similar es la composición de la microbiota de su saliva.
Esta afinidad se debe en parte a que las dos personas
de una pareja suelen tener un estilo de vida similar, con una dieta parecida y
a menudo unos mismos hábitos de higiene bucal. Pero también a que modifican la
población bacteriana de la boca del otro con cada beso.
En un estudio realizado en el zoo de Amsterdam
(Holanda), los investigadores abordaron a parejas que se estaban besando y les
pidieron ayuda para un proyecto científico. Les propusieron que uno de los dos
tomara un yogur probiótico y que después se volvieran a besar. Dado que el
yogur contiene abundantes bacterias de los géneros Lactobacillus y
Bifidobacterium, que son minoritarios en la boca, esto permitiría calcular
cuántas bacterias se intercambian en un beso.
El estudio se completó con una encuesta en que se
preguntó a las parejas sobre la frecuencia con que se daban “besos íntimos”.
Las respuestas revelaron que, a partir de nueve besos al día, la composición de
la microbiota de la saliva es prácticamente idéntica en una pareja.
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