HAITIANOS EN COSTA RICA CONFIRMAN GOLPIZA POR LA POLICÍA DE NICARAGUA.

HAITIANOS EN COSTA RICA CONFIRMAN GOLPIZA POR LA POLICÍA DE NICARAGUA.
En su cuerpo, Adlin Dupervan lleva las marcas de su fallido intento por cruzar Nicaragua de manera ilegal con coyotes. En su espalda y piernas aún se visualizan moretones y raspones de los golpes y patadas que recibió.

Él formaba parte de un grupo de 28 migrantes haitianos y africanos que fueron reprimidos por la Policía nicaragüense el pasado 2 de octubre, cuando los habitantes de la comunidad de El Tamarindo (Diriamba), en la costa pacífica, les dieron ayuda con comida, agua y ropa, luego de que llegaran en lancha procedentes de Costa Rica, con el propósito de viajar a Estados Unidos.

Lograron navegar unos 170 kilómetros desde una playa costarricense en La Cruz. Dupervan recuerda que fueron llevados a una iglesia evangélica, donde iban a comer y dormir, cuando, alrededor de las 10:00 p.m. llegó un grupo de policías que a punta de golpes, patadas y disparos al aire, los sacó del recinto y los montó en un bus de regreso a suelo tico.

Ese día, Dupervan estaba con su esposa embarazada y su hija Isabel, quien el domingo cumplió tres años.

“Éramos como 28, entre crianza (niños) y adultos. Llegó el pueblo, ellos nos dieron comida, el pueblo nos abrigó.

Cuando estamos dentro de la iglesia, vino la Policía, nos comenzaron a golpear, nos tiraron encima a unos sobre otros, en una camioneta. Los policías se subieron encima de nosotros, nos golpearon con la bota en la cabeza. Después nos llevaron en un bus y nos colocaron en la frontera. Hasta a la crianza daban muchos golpes”, relató Dupervan, en una combinación de francés y español.

Ahora, él y su familia están en el albergue que el Gobierno tico instaló en El Jobo, en Guanacaste.

Allí fue donde tomó la lancha que lo llevó a Nicaragua, tras un recorrido de seis horas y media. Se suponía que, una vez en suelo nicaragüense, iba a llegar otro coyote que lo llevaría junto con su familia, a pie, hasta Honduras. Eso nunca sucedió.

Esa misma travesía emprendió Fabio Pie y su esposa, los dos originarios de Haití. Era la segunda vez que intentaban atravesar el país del norte, que desde noviembre cerró sus fronteras a los migrantes irregulares.

Pie todavía tiene cortaduras por los golpes que recibió y las patadas en las costillas. Asegura que los coyotes le han estafado 2 mil 600 dólares.

Tanto Adlin Dupervan y Fabio Pie desconocen cuánto tiempo más permanecerán en suelo costarricense, pues carecen de recursos para volver a pagarle a un coyote y no se atreven a cruzar, sin ayuda, el territorio nica.

Desde abril, Costa Rica registra el ingreso de unos 12 mil  migrantes haitianos y extra continentales (África y Asia), de los cuales 10 mil ya se fueron.

Los pobladores de la comunidad El Tamarindo apoyaron a los migrantes y se enfrentaron con los policías.


El piso de  la iglesia de la comunidad quedó con algunas manchas de sangre, ya que hasta una periodista de un canal de televisión resultó lesionada en el enfrentamiento.

FUENTE: HOY 

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